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Condenados a 23 años de cárcel por agresión sexual a una menor en las fiestas de Revilla en 2015

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a dos hombres a 14 años y a 9 años de prisión, respectivamente, como autores de un delito de agresión sexual a una menor de 16 años durante las fiestas patronales de Revilla de Camargo de julio de 2015, con la agravante de haberlo cometido por razones de género.

La sentencia, dictada por la Sección Tercera de la Audiencia, considera al primero autor material de los hechos, ya que penetró analmente a la chica, mientras que el segundo es autor como cooperador necesario, al haberla sujetado mientras se producía la agresión.

En el primer caso, el tribunal ha aplicado la agravación que el Código Penal recoge cuando los hechos han tenido lugar con la actuación conjunta de dos o más personas, algo que no se ha tenido en cuenta en el segundo, ya que su condena se produce como colaborador, y la cooperación necesaria ya incorpora la actuación de las dos personas.

Además de la pena de prisión, el tribunal prohíbe a ambos comunicarse y acercarse a la joven durante 16 años en el caso del primero y 12 años en el del segundo, les inhabilita para trabajar con menores durante 17 y 13 años, y les impone una medida de libertad vigilada tras su salida de prisión de 10 y 8 años, respectivamente.

En concepto de responsabilidad civil, deben indemnizar de manera conjunta a la mujer con 13.733 euros por los daños físicos y morales padecidos.

Según el relato de hechos de la sentencia, los dos acusados, junto a una tercera persona que se encuentra en búsqueda, vieron en esa fecha a una chica sentada en un prado detrás de una atracción de feria subiéndose los pantalones tras mantener relaciones sexuales consentidas con un chico.

Después de insultarla, "llamándola cerda, guarra o cochina", por haber mantenido relaciones en la calle, los dos procesados junto con el tercero no enjuiciado, "como consecuencia de sentirse superiores y con ánimo de menoscabar su integridad moral e indemnidad sexual, se abalanzaron sobre ella"

Después "la cogieron por los brazos y la tumbaron en el prado boca abajo, momento en el que uno de ellos la penetró por vía anal, sin tener la chica capacidad de defensa, pese a lo cual consiguió darse la vuelta y propinar una patada a uno de sus agresores, logrando escapar corriendo"

El tribunal considera probados lo ocurrido como consecuencia de la prueba practicada en el juicio: la declaración de la chica; la de una persona que se encontraba presa en la misma celda que uno de los acusados y a quien este contó los hechos; y las pruebas periciales, entre ellas, las muestras tomadas en el cuerpo de la víctima, que arrojan un perfil genético de varón coincidente con uno de los acusados.

Según la sentencia, el relato de la joven fue "claro, coherente y convincente", por lo que le otorga "plena credibilidad y verosimilitud". Junto a ello, la declaración de quien fue compañero de celda de uno de los acusados ha resultado "esencial para encaminar la investigación y también para acreditar los hechos"

Lo dicho por el testigo "coincide esencialmente con lo realmente sucedido tal y como lo relata la menor", por lo que "no es posible siquiera sospechar que los mismos fueran fabulados, ya que nadie más que la propia chica y la Guardia Civil sabían de los hechos denunciados", señala la sentencia.

Finalmente, estos hechos "quedan confirmados por la presencia de semen del acusado en el hisopo anal de la víctima, hecho este último que acredita ya por sí solo la agresión denunciada"

A todo ello se suman dos pruebas más: el informe de los médicos forenses, que reconocieron a la mujer y presentaba "lesiones compatibles con un coito anal involuntario" y "un cuadro compatible con un trastorno por estrés postraumático", y el reconocimiento fotográfico de los acusados por parte de la víctima.

En ambos casos, el tribunal estima la agravante de que la agresión tuvo lugar por razones de género "por el hecho de ser mujer y como acto de dominio y superioridad". Así, después de ver a la joven mantener relaciones sexuales con un chico, "la increpaban solamente a ella, a diferencia del chico, al que no insultaron ni vejaron de forma alguna"

La sentencia no es firme y contra ella cabe interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria.

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Los acusados de violar a una menor en las fiestas de Revilla en 2015 niegan conocerla y que estuviesen allí

Los dos acusados de haber participado en la violación grupal a una menor junto a un tercero en las fiestas de Revilla de Camargo en 2015, cuando ella tenía 16 años, han negado que conociesen a la chica y que estuviesen en el lugar donde presuntamente ocurrieron los hechos. Mientras, ella ha asegurado reconocerles durante el juicio que se está llevando a cabo en la Audiencia Provincial de Cantabria.

Los hechos --por los que la Fiscalía pide 13 años para el supuesto autor de la penetración y 7 para el otro acusado como cooperador necesario-- habrían ocurrido la madrugada del 16 de julio de 2015, cuando en un descampado cerca de las ferias de Revilla de Camargo y tras haber mantenido la presunta víctima relaciones sexuales "consentidamente" con otro chico, los dos acusados y un tercer hombre que iba con ellos la "empezaron a gritar y a insultar"

"Me llamaron cerda, cochina y se mofaban de mí por estar haciendo el amor", ha señalado entre lágrimas la víctima, quien ha relatado que también les respondió con insultos y, cuando se quiso ir, dos de ellos se "abalanzaron", agarrándola de "brazos y piernas", dándole "la vuelta" y poniéndole "la cabeza contra el suelo". Fue entonces cuando uno de ellos le "penetró analmente", aunque no sabe "quién fue exactamente"

"Me revolví, les di una patada" y "no sé si me soltaron o yo conseguí escapar", ha expresado la chica, que asegura reconocer a los dos acusados por lo ocurrido, por lo que afirma haber tenido que recibir tratamiento psicológico.

Como ha relatado, huyó con los pantalones bajados, subiéndoselos por el camino, hasta llegar hasta su hermana mayor y contarle lo ocurrido. La hermana, tres años mayor que ella, ha contado también en el juicio que, después de que ésta llegase "llorando y chillando que la habían violado", fue a donde el grupo de los presuntos autores del delito.

"Pregunté quién había sido, uno me dijo que él no y luego echó a correr y escapó", ha detallado. También ha manifestado que "estaban muy nerviosos", y durante el juicio ha identificado a uno de ellos, al que vio "de frente", "no al que corrió"

"NUNCA" ESTUVIERON EN ESAS FIESTAS

Por el contrario, los dos procesados aseguran que no estuvieron "nunca" en esas fiestas y que no se conocen entre ellos. "Nunca he hablado con él", ha dicho el primero en testificar, refiriéndose al otro. "Le conocía de verle por Jaén hace muchos años y no le he vuelto a ver hasta ahora", ha añadido el segundo, quien asegura estar "en shock" desde el día que la Guardia Civil le citó en el cuartel.

"Me llamaron y me presenté" en el cuartel de la Guardia Civil "porque decían que estaba implicado en un delito", algo que, según ha dicho, le tiene "amargado" porque su hijo "se está criando sin su padre". "Siempre he hecho caso a lo que me ha dicho la Policía", ha apostillado.

El caso se reabrió en 2021, seis años después de los supuestos hechos, debido a que uno de los implicados se encontraba en prisión y un compañero le dijo al jefe del servicio penitenciario que le había contado "más de tres veces la historia" de que violó "a una niña en un pueblo fuera de Santander, en unas ferias, con otros dos"

Así lo ha testificado telemáticamente este compañero de prisión que colaboró con la Policía: "Se lo conté al jefe del servicio porque no me gustan esas cosas, porque a mi hermana la violaron en Marruecos", ha subrayado el testigo, negando que se estuviese vengando del acusado por no haber querido cerrar un matrimonio de conveniencia con él para conseguir los papeles.

También ha indicado que recordaba los nombres de los dos acusados por esa historia que le contó uno de ellos, pero no el del tercero, y ha suscrito varias de las palabras de la supuesta víctima, como que estaba con otro chico antes de que ellos llegasen.

Ha asegurado que no ha recibido "ningún beneficio" por colaborar con la Policía, que al escucharle encontró similitudes con el caso que se está juzgando esta semana y decidió reabrir la investigación.

Aunque la chica asegura conocer a los acusados, la defensa de éstos lo pone en duda porque en su primera declaración "dijo que no les había visto las caras", y en la segunda que "no se acordaba de nada" porque "había consumido alcohol y había fumado porros". "¿Cómo puede acordarse entonces siete años después?", ha preguntado el abogado de uno de los imputados.

La chica ha respondido que estaba "nerviosa y alterada" durante las declaraciones, pero ha señalado que les vio cuando se lo contó a su hermana.

PERITOS Y GUARDIA CIVIL

El informe de los médicos forenses y del Instituto Nacional de Toxicología indica que las muestras tomadas de las bragas y la zona anal apuntan a una "penetración anal involuntaria", además de que la chica padecía hematomas en los brazos y en los muslos "compatibles con la sujeción y separación brusca"

Finalmente, las pruebas realizadas mediante hisopo anal concluyen también en la presencia de semen con una "coincidencia altísima" con el perfil genético del acusado de penetrar a la supuesta víctima.

Por otro lado, varios guardias civiles han testificado sobre el proceso de su investigación y sobre el de identificación por parte de la presunta víctima. Uno de ellos ha asegurado que ya había visto juntos a ambos procesados por algunas zonas de Santander, realizando distintos hurtos de móviles.

El juicio continuará mañana, 29 de junio, con los testigos de descargo, las conclusiones y los informes. La Fiscalía solicita penas de 13 y siete años de cárcel para los acusados, el primero por un delito de agresión sexual con penetración anal, agravado por la intervención de tres personas. También pide para él libertad vigilada con prohibición de acercamiento a 300 metros de la víctima durante 10 años y obligación de someterse a un programa de educación sexual.

Y al segundo le acusa de cooperador necesario y le reclama 7 años de cárcel e inhabilitación, libertad vigilada y prohibición de acercarse a la chica a menos de 300 metros durante 8 años, y someterse también a un programa de educación sexual. Solicita además 10.000 euros de indemnización a la víctima por estos hechos, que tuvieron lugar en la madrugada del 16 de julio de 2015.

Por su parte, la acusación particular eleva a 14 años la petición de pena para el primero y a 10 la del segundo. En concepto de responsabilidad civil, la indemnización que solicita para ambos es de 13.700 euros por el daño moral padecido por la joven.

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